Muchas plantas que se usan hoy en día para adornar el jardín, ya habitaban el planeta hace miles de años. Estas plantas prehistóricas son de las especies más antiguas del planeta, pues resistieron hasta glaciaciones gracias a su fortaleza. Sin embargo, es probable que no conozcamos de su antigüedad.
Su capacidad de adaptar sus mecanismos a las circunstancias ha permitido que puedan perdurar hasta el día de hoy. Obviamente, no son iguales que en sus orígenes porque han evolucionado, pero es posible seguir su rastro gracias a los múltiples fósiles en los que están presentes.
Por su fortaleza y antigüedad, hemos decidido descubrirte las plantas prehistóricas que todavía conviven con nosotros. Podrás disfrutar de ellas sin mucho esfuerzo, pues son muy resistentes. Aunque, si eres muy descuidado, quizás te interese aprender un poco más de jardinería antes. En portales como Jardin10 podrás encontrar información para elegir los mejores productos de jardinería necesarios para cuidar de tus plantas.
Cuando tengas todo lo necesario para ser un buen jardinero, estas plantas prehistóricas te ayudarán en la práctica, ya que no necesitan de muchos cuidados. Además pueden resistir en climas fríos y hasta en zonas más sombrías. ¿Quieres conocerlas?
Cuando se habla de plantas prehistóricas, el helecho es la más reconocida. Esta especie es la más habitual, pues existen hasta 12.000 variedades de la misma. Debido a sus años de evoluciones, se pueden encontrar helechos en zonas de climas fríos y árticos y en zonas tropicales como selvas. Esta planta se reproduce por esporas, por ello está tan extendida.
Uno de los helechos más conocidos es la Davallia, una planta capaz de crecer hasta fuera del sustrato. Sus peculiares hojas que hacen de ancla del soporte le confieren el nombre de helecho de pata de conejo. De ahí, que este helecho sea uno de los preferidos para utilizar como planta colgante.
Sus temperaturas ideales rondan entre los 15 y los 24 grados. Por ello, le gustan los climas cálidos, húmedos y las zonas con semisombra. Para regar el helecho hay que sumergirlo en agua templada cuando el sustrato esté seco y rociarla de manera habitual con un pulverizador.
Esta planta, también conocida como palma sago o palma de Iglesia, es considerada la más antigua de la tierra. Sus orígenes se encuentran en el sur de Japón. En apariencia es similar a las palmeras, pero en realidad es parte de la división de las cicadófitas. Esta planta ornamental necesita poco riego y tiene un crecimiento muy lento. Necesita alrededor de 50-100 años para alcanzar suficiente altura. Los troncos pueden ramificarse varias veces, produciendo muchas cabezas de hojas. Si vives en un lugar de baja humedad, es mejor colocarla en semisombra.
La Cyca puede ser masculina o femenina, pues puede ser que solo lleve flores de un sexo. La cyca macho cuenta con una espiga central a la que las flores se le insertan en espiral, mientras que la hembra tiene un conjunto de hojas cortas que aparecen en la cumbre del tallo.
El ginkgo (Ginkgo biloba) es una de las especies de árbol vivo más antigua, existe hace 250 millones de años. Esta puede llegar a crecer 35 metros de altura. Al ser un árbol único en el mundo, sin parientes vivos, muchas veces es clasificado en su propia división.
El Ginko necesita de sol o semisombra para crecer con calma. Su temperatura ideal es 10 y los 20 grados. No necesita un riego excesivo, aunque sí debe ser abundante en su primer año de vida.
Esta planta también es conocida porque el extracto normalizado de sus hojas está reconocido como tratamiento coadyuvante de los síntomas de la demencia con origen vascular o degenerativo.
Es una de las plantas más peculiares, pues sus hojas se disponen en forma de flor. Este árbol pertenece a las coníferas y familia de los pinos. Su crecimiento es lento y el momento perfecto para su plantación es a finales del invierno.
Necesita estar ubicada a pleno sol o en semisombra, si vives en un clima muy seco. El suelo ideal para esta planta es arenoso y necesita que drene bien.
Este arbusto es muy resistente, perfecto para climas fríos. De hecho, esta variedad de podocarpus resiste hasta 30 grados bajo cero y puede vivir casi a cualquier altura sobre el nivel del mar. Sus orígenes se encuentran en Nueva Zelanda.
De hoja perenne, prefiere el suelo ácido, pero también crece en neutros. No obstante necesita de humedad y drenaje. El Podocarpus nivalis no tolera el agua estancada, por lo que el suelo debe evacuar cualquier exceso. Este arbusto se puede cultivar al sol o en semisombra.