Homo erectus
El homo erectus es un homínido ahora ya extinto. Se fijan las fechas de su vida en la tierra entre hace 1,9 millones y 70000 años. El homo erectus original es originario de las zonas de Asia oriental mientras que en África también se han hallado restos, así como también en Europa, pero normalmente se engloba en esta especie a los individuos originarios de Asia.
Características del Homo Erectus
El Homo Erectus era de baja estatura, con menos de 1,70 de media para los varones adultos, aunque se han hallado fósiles muy diferentes, lo que explica que existe una gran variabilidad entre unos y otros miembros de esta especie. Tampoco se conoce si su piel era fina y tenía glándulas sudoríparas, pero si contaban con una pelvis muy parecida a la del actual homo sapiens sapiens, aunque más grande y fuerte, así como el fémur.
Se conoce que los Homo Erectus fueron los primeros homínidos capaces de manipular y trabajar con el fuego, con lo que lograron calentarse en los días y noches frías y aprender a cocinar. Así, se alimentaban de animales cocinados y aunque su ingesta de carne continuó siendo muy elevada, esto se tradujo en las posteriores modificaciones que tendrían lugar en las mandíbulas y en el cráneo en general. No elaboraron armas como más tarde haría el homo sapiens, pero sí trabajaron con las navajas que ya había credo el Homo Habilis y la adaptaron para poder rasgar y cortar con ellas, así como elaboraron muchos más utensilios para poder tratar los alimentos y otros artículos cotidianos. No construían hogares, pero sí fueron una especie muy duradera, como se puede ver en la gran variabilidad de subespecies de las que se han encontrado restos.
La primera de ellas es el homo Erectus Erectus, que también se conoce como el hombre Java. Se trata del primer representante directo del Homo erectus que fue descubierto. Estos individuos tenían una capacidad craneal de aproximadamente 940 ml, lo cual es la mitad entre los gorilas, que tienen una capacidad de 600 ml, y el hombre actual, cuya capacidad es de 1500. No se conoce si hablaban, pero si contaban en su cerebro con la porción que se encarga de controlar el lenguaje en el ser humano actual y su celebro era más grande que el de cualquiera de sus predecesores, siendo en general una mezcla entre un simio y un humano. Como su nombre indica caminaban rectos y se cree que vivían en familias, desplazándose siempre cerca de las cuevas y cazando en los bosques.
Por su parte el Pekinensis o los hombres de Pekín son originarios de China y cuando se descubrieron sus restos a principios del siglo XX se les consideró como "el eslabón perdido" en la historia de la evolución. Aunque estos restos desaparecieron durante la Segunda Guerra Sino-japonesa, mientras estaban siendo transportados para poder estudiarlos, los investigadores pudieron extraer de las muestras y los restos que si pudieron ser conservados, algunas conclusiones como que estos individuos tenían una capacidad craneal de más de 1000 centímetros cúbicos y que eran cazadores y recolectores que además fabricaban herramientas.
El Soloensis o los Hombres de Solo fueron encontrados en Java y aunque se clasificación no es muy estable se cree que tienen características similares al Homo Erectus y una capacidad craneal grande. Asimismo, el hombre de Lantian, descubierto en China tiene una capacidad craneal muy similar a la del hombre de Java y se cree que usaban el fuego y las herramientas mientras los hombres de Yuanmou, también utilizaban las herramientas.
Alimentación
En cuanto a la alimentación, se cree que los Homo Erectus originarios eran carroñeros pero con la evolución se convirtieron en cazadores. Aprendieron a utilizar el fuego y por tanto cazaban tanto como podían, ya que intentaban moverse cerca de los bosques y vivir en las cuevas y asaban la carne para poder ingerirla mejor. Se cree que no comían verduras y su dieta se basaba básicamente en estos alimentos porque diferentes esqueletos encontrados han mostrado claros síntomas de que estos individuos parecían de hipervitaminosis. Esto significa que tenían un gran exceso de vitamina A en sus órganos, lo cual está causado por la ingesta de mucho hígado de animales que son carnívoros.
Dónde vivió el Homo Erectus
Todas las evidencias y restos encontrados apuntan en la dirección de que el Homo Erectus era nómada por naturaleza y que sin duda fue el primer homínido que se marchó de África para poder recorrer tanto Asia como Europa. Para lograrlo se sirvieron de los diferentes puentes de hielo que se habían formado durante las glaciaciones. En las diferentes investigaciones llevadas a cabo en la historia de la humanidad se han encontrado restos físiles de Homo Erectus en Indonesia, el denominado Hombre de Java, y en China, el Hombre de Pequín, así como en otros lugares que ya se han explicado, y también en Europa, pero la clasificación del Homo Erectus hace especial referencia concreta a los fósiles de Asia.
Cráneo y morfología
El Homo Erectus contaba con un cerebro de gran tamaño que varía según los fósiles encontrados entre 800 hasta los 1100 cm cúbicos, siendo esta capacidad mucho mayor que la de sus antecesores, con lo que esta especie empezó a desarrollar otro tipo de actividades y rutinas diferentes a las que habían llevado las otras especies.
Masticaban de una manera diferente, como se puede apreciar en sus dientes incisivos, que eran anchos y planos. En cambio sus dientes molares tenían un esmalte más grueso y eran de gran tamaño y su hueco occipital se encontraba ubicado hacia la zona centro. La cara de estos homínidos era muy corta y ancha y su mandíbula era poco prominente y carecía de diastema. Presentaban también una frente muy baja y sobre todo en los Homo Erectus de Asia era típica una prominencia en la zona occipital.
Costumbres y cultura
Se cree que el Homo Erectus desarrolló muchísima destreza creando y perfeccionando herramientas. A estos homínidos se les atribuye la creación de las hachas de mano que servían para tallar por las dos caras, de los hendedores y de algunos tipos de bolas labradas, así como también de perforadores e incluso de herramientas que se asimilarían a los actuales cuchillos.
Conforme fueron evolucionando cada vez pasarían a seleccionar materiales más interesantes, rocas más duras y otros materiales interesantes como el silex. Cada vez lograban mejores simetrías y herramientas más pequeñas y eficientes. Aprendieron a tallar con unos acabados mucho mejores gracias a la utilización de percutores blandos y otras herramientas similares.
En cuanto a la organización social del Homo Erectus, cabe reseñar que vivían en grupos muy pequeños para poder explotar bien todos los recursos que encontraban sin acabarlos y lograr que todos los miembros del grupo pudieran tener cubiertas sus necesidades básicas para lograr sobrevivir. Aproximadamente formaban grupos de un máximo de 30 personas, según los recursos de cada zona y se sociabilizaban en ocasiones con otros grupos para hacer intercambios familiares y evitar así la endogamia, así como también para poder intercambiar todo tipo de información.
A la hora de cazar, en ocasiones se unían con otros grupos para lograr terminar con animales grandes. Gracias a estos momentos conseguían grandes cantidades de carne, pero esto también les servía para reforzar y crear nuevos lazos sociales.